¿Cómo se adapta el bambú al cambio climático?
La gente suele saber que el bambú es ecológico, pero muchos de ellos no saben que también es bueno para combatir el cambio climático. El bambú contribuye mucho a frenar el cambio climático, especialmente en los países en desarrollo.
¿Cómo puede el bambú ayudar a mitigar y adaptarse a los impactos del cambio climático?
El bambú es una planta de rápido crecimiento y renovable, que puede secuestrar carbono en su biomasa, incluso mejor que varias especies de árboles. Los productos de bambú suelen ser duraderos, lo que también puede ser potencialmente carbono-negativo, porque actúan como sumideros de carbono encerrados en sí mismos y fomentan la expansión y la mejora de la gestión de los bosques de bambú. El bambú también puede frenar el consumo de madera de los bosques, dada su menor huella de carbono y menores costos ecológicos.
En los bosques de bambú de China, los más grandes del mundo, se almacenan importantes cantidades de carbono, y la cifra total aumentará a medida que se amplíe el programa de reforestación planificado. El bambú ayuda a evitar el uso de combustibles fósiles y a reducir la deforestación, ya que ofrece una fuente alternativa y altamente renovable de energía de biomasa.
El bambú puede proporcionar una fuente sostenible de bioenergía para muchas personas que dependen de biomasa sólida para cocinar, como carbón o briquetas. También se puede convertir en gas o pellets para proporcionar una fuente de electricidad y calefacción.
Debido a que el bambú se regenera rápidamente y madura más rápido que la mayoría de los tipos de árboles, el bambú puede aliviar la presión sobre otros recursos forestales, reduciendo así la deforestación. El carbón y el gas de bambú tienen un valor calorífico similar a las formas de bioenergía que se utilizan habitualmente.
En lugares como Europa, el bambú se puede convertir en pellets para generar electricidad y calefacción, como una forma sostenible de biomasa y una contribución a los objetivos de energía renovable. Como el bambú se puede cultivar en tierras marginales, no necesita competir con las zonas productivas agrícolas.
El rápido establecimiento y crecimiento del bambú permite cosechas frecuentes, lo que permite a los agricultores adaptar de manera flexible sus prácticas de manejo y cosecha a las nuevas condiciones de crecimiento que surgen a medida que el cambio climático cambia. El bambú proporciona una fuente de ingresos durante todo el año y se puede convertir en una variedad cada vez más amplia de productos de valor agregado para la venta.
El bambú es parte integral de muchos ecosistemas naturales y agrícolas en los trópicos y sus alrededores. Es útil para restaurar tierras degradadas por varias razones: prospera en suelos problemáticos y pendientes pronunciadas que no son aptas para otros cultivos, es un cortavientos eficaz y sus rizomas y raíces resistentes regulan los flujos de agua y previenen la erosión. Un caso documentado recientemente en Allahabad, India, cuenta la reconstrucción de los medios de vida rurales, donde 80.000 hectáreas de tierras degradadas volvieron a ser productivas utilizando el bambú como especie pionera.
El bambú es un recurso versátil y rápidamente renovable que tiene una amplia gama de aplicaciones para la subsistencia. Es probable que su papel económico se amplíe a un ritmo acelerado, tanto a nivel local como en el comercio internacional, a medida que otros recursos forestales se vean cada vez más afectados por el cambio climático, a medida que el imperativo de mitigar el cambio climático imponga una menor dependencia de los combustibles fósiles y de los recursos forestales en peligro, y a medida que la investigación descubra nuevas aplicaciones.
El bambú por sí solo no resolverá los problemas del cambio climático en el mundo, pero si se aprovecha adecuadamente este recurso estratégico, ofrece soluciones prácticas para la mitigación y adaptación al cambio climático, y es una herramienta comprobada para combatir la pobreza rural y restaurar la base de recursos naturales que constituye la base de la sostenibilidad económica.